martes, 23 de junio de 2009

Joe Strummer: caudillo pUnK

El periodista español Jesus Arias cuenta la anecdota del paso de Joe Strummer por Granada y la busqueda q hizo de la tumba de Garcia Lorca:

"Casi nunca llevaba dinero encima pero, en cuanto lo tenía, podía gastarlo en lo que fuera, hacerte un favor o, si se encontraba a un desvalido por la calle que le caía bien, darle todo el dinero que llevaba en los bolsillos o ir al banco a sacar para dárselo. Recuerdo una anécdota curiosa. Cuando él llegó a Granada por primera vez, traía una magnífica gorra de cuero con la inscripción "Out of control". A mi me encantaba aquella gorra, pero me daba corte hacerle algún comentario a Joe al respecto. Unos meses después, mientras grababa con "091", volvió de Madrid y, mientras charlábamos, casualmente, le pregunté por la gorra. "La vieja gorra de "Out of control"?", me preguntó. "Sí, ésa", dije yo. "Se la regalé a un tío en el metro de Madrid. Me dijo: Hola, tío, me gusta esa gorra que llevas. Y se la regalé".

Sobran los comentarios de cuántas veces le dije: "You, fucking bastard, you, fucking bastard" a Joe el resto del día. Pero, esencialmente, era así. Yo tuve durante meses un pedal de eco Boss suyo que se acababa de comprar en una tienda y que le pedí que me lo dejara para echarle un vistazo. "Quieres probarlo?", me dijo. "Si me lo dejas...". "Llévatelo, ya me lo das cualquier día". Seis meses después, le tuve que recordar que yo seguía teniendo su pedal de eco. ";Es bueno?", me preguntó. "Sí, muy bueno. He grabado muchas cosas con él". "Si quieres, quédatelo". Fui honrado y se lo devolví. Pero, si no lo hubiera hecho, él jamás lo habría pedido. Uno de aquellos días, Strummer cometió una locura. Llamó a Santiago Auserón, del grupo "Radio Futura", le pidió prestadas 150.000 pesetas y se fue a una tienda de venta de coches de segunda mano que había visto en Madrid y que lo había dejado absolutamente conmocionado: había visto allí un coche magnífico, imponente, sublime, curioso y extraordinario: un Dodge-Dart gris metalizado con el techo negro.

"Su Spanish-American car", como él lo bautizó. Alucinaba con aquel coche y se lo compró. Luego me llamó por teléfono desde Madrid. "Jesús, espérame en "La Cúpula" a las seis de la tarde. Tengo una sorpresa que quiero enseñarte", me dijo en inglés. "Vale", le respondí yo. Estaba intrigado, pero Joe solía comportarse así. Podía tirarse semanas sin llamarte, sin dar señales de vida y, de pronto, aparecer por tu casa y quedarse tres días allí, de modo que no me extrañó. A las seis en punto de la tarde yo estaba esperándolo en "La Cúpula". A esa hora, el pub estaba cerrado y yo aguardaba en la puerta cuando girar un enorme coche plateado que hacía sonar el claxon. Era Joe. Radiante y feliz como un chaval. Salió del coche: "Mira! Mira lo que ha comprado!", dijo en su español clásico. "Bonito! De primera clase!My Spanish-American car! Sube! Rápido!". Me monté en el coche. Joe estaba totalmente borracho de alegría. Me explicó para qué servía cada botón, acariciaba el parabrisas, se asomaba a la ventanilla cuando parábamos en un semáforo y le decía a los pasajeros de cualquier coche que se hubiera parado a nuestro lado: "Bonito, eh? Bonito gran coche. Y es mío!".

Semáforo en rojo, y Joe sacando la cabeza por la ventanilla para que la gente admirara el Dodge-Dart. Así estuvimos dando vueltas por toda la ciudad como una hora, probando el coche hasta que Joe me pidió un cigarrillo, se lo encendió, se puso serio y me dijo: "Let's go to Víznar, show me the way to go there". Entre los pueblos de Víznar y Alfacar, a 8 kilómetros de Granada, fusilaron a Federico García Lorca. Su tumba nunca fue descubierta y él permanece como un fusilado anónimo más. Yo ya le había contado esa historia a Joe Strummer y él ahora quería visitar el sitio. Llegamos a Víznar cuando se estaba poniendo el sol. El paisaje, desde allí, es sencillamente esplendoroso. Al entrar en el pueblo, Joe detuvo el coche en la plaza mayor y me suelta que vayamos a una ferrertería, que tenemos que comprar palas para buscar la tumba de García Lorca y desenterrarlo.

Estaba convencido de que iba a encontrarlo. Traté de explicarle que era absolutamente imposible: que son kilómetros, kilómetros y kilómetros cuadrados de monte, que ya ni siquiera existían montículos que indicaran sobre posibles enterramientos durante la guerra civil, que muchas zonas estaban repobladas de pinos. Joe seguía en las suyas. Finalmente, le dije: "Mira, vamos a hacer una cosa. Visitamos primero el sitio. Te enseño todos los posibles lugares en los que podría estar enterrado y si ves alguno que te despierte una corazonada, volvemos al pueblo, compramos las palas, y vamos allí". Se mostró de acuerdo. Le conduje hasta el paraje en el que se sospecha que Lorca fue fusilado. Hoy hay un parque que lleva el nombre de Lorca, pero entonces todo era un inmenso descampado de terruño y de monte, con sólo algunos olivos. Debajo de alguno de ellos, nunca se sabrá, están Lorca y muchos más. Le dije a Joe que parara el coche y bajamos. Joe empezó a caminar. Yo lo esperé al lado del coche. Le dejé pasear.

Se encendió un cigarrillo y lo alejándose poco a poco, ladeando la cuneta, observando la puesta de sol, escuchando el silencio. Cuando estaba como a unos cincuenta metros de mí, se volvió. "Ven", me dijo. Cuando llegué a su lado estaba llorando. Le pregunté que qué le pasaba y me contestó que podía oirlo, y yo le inquirí el qué, y me dijo: "Puedo escuchar él grito de los muertos, aquí tengo la sensación que ha pasado algo terrible, y extraña la quietud que hay en el sitio, la puesta de sol, lo bonito que es esto, y la tragedia que se nota que ocurrió aquí". Nos quedamos callados bastante tiempo, mirando la puesta de sol, escuchando el silencio. Luego Joe apagó su cigarrillo, se sacó una china de chocolate y se puso a liar un porro. "Hace muchos, muchísimos años, le prometí a Federico García Lorca que me fumaría un porro delante de su tumba, en su honor", dijo en inglés. Y luego, en español: "Federico, va por usted, maestro".

Se encendió el porro, cruzó la carretera y se fue hacia unos olivos: "Es aquí, verdad?", me preguntó en español, refiriéndose a los olivos que cita Ian Gibson en sus libros sobre la muerte de Lorca. Le dije que sí. Se sentó, me ofreció el porro, yo no fumé, prefería el tabaco, y me dijo en inglés: "Prométeme que algún día volveremos por aquí. Traeremos guitarras acústicas. Compondremos una canción llamada "Lorca" que hablará de esta tarde, de este silencio, de esta puesta de sol, del grito de los muertos, de este olivo. De ahora mismo. Tú escribe la música y yo escribiré la letra. No quiero que esta tarde se me olvide". Luego, al cabo de un rato en silencio, dijo: "Well, it's time to come back to Madrid and work hard".

Durante los años siguientes, cuando nos llamábamos, cuando nos veíamos, Joe y yo hablábamos de "Lorca", la canción. Yo, con los años, fui componiendo una canción muy al estilo Clash, para que él la cantara y le pusiera texto. Él siempre me preguntaba que cómo iba nuestra canción. Yo le decía que ya tenía la música, pero que necesitaba que él le pusiera el estribillo. Años después, quisimos hacer dos canciones juntos, "Lorca" y "Tranceblues". Él nunca llegó a enseñarme sus letras o si había escrito algo. Pero siempre me preguntaba por la música que yo había hecho. Le enseñé una idea en 1992, y a él le gustó. Pero esa ya es otra historia"

ensayo previo

... relojes retumbando dentro del timpano ...
ajados dedos acariciando lentamente material frio ... inerte ... hoy despierta!

... cara repleta de golpes por lo que vendra ... lo que vendra...
y la sensacion de frio entrando por las comisuras ... una sola luz ilumina ese rincon de la calle

treinta años ... y siempre la misma sensacion cada mañana ... el rostro de la muerte en el espejo del baño ... tiene forma humana ... bosteza... there´s no future again...

Llueve... 5 dias mas y llega el circo... monos rondando el cuento ... el pobre tipo se rasca los bolsillos ... rasca las cuerdas y ya no sabe que ni quien...

lo alcanza la noche... la musa! ... gritan los artistas... el final... dicen los condenados ... nosotros apenas mas aca ... arrorro mi niño ... mama y papa por fin se miran frente a frente y se reconocen...

cae la tapa ... del disco ... de la botella ... en la puerta oscura se acomodan las figuras ... faltan diez minutos... van contando las monedas de la vuelta ... en la cabeza quedan mil cosas que pensar ... que pagar... que comprar...

De repente ... noche se hace luz ... suenan las primeras voces ... afonia noche ... monos mil monos chillan en mi cerebro vertigo (apenas veo cinco, cincuenta)

... dame diez minutos ... que apenas volamos ... el pedal no prende ... un poco de cinta ... cara al costado... escupir el gollete de la botella/miel ... volando bajo ... los acordes se ven ... se ven ... se ven ...

Pasa un policia ... elmatounpoliciamotorizado ja ja/under me ... y que si el circo es de los demas ... y aca estamos oxidados pero nosotros ... y ella/vos en brazos nuestro elixir ... repitiendo cada dia en casa los golpes del ton una vez y otra vez si que el bombo y dame los palos que no ves que ya puedo tomarlos ... papa ... bombo pedal y siesta de tarde ... banda chica en este circo

el tio afila las cuerdas y reclama reunion YA!
sonar
sonar

dormir
brazos mecanicos ... Gabriel susurra el plan ferpecto ... donde esta la luz del sol?

y la culpa no la tuvo Jhonny

es la niebla de cada noche ... galopando en cuatro patas este sonido furioso ... tapando el frio las bocas humedas de gritar ... pasatiempo ... pasamontañas ... asi dos horas el valhalla asi furiosos guerreros ja ja je je... apenas levantarse en unas pocas horas y me viene a hablar de batallas misticas ... mistica computer... o si acaso un trago largo camino del andamio ... del mercado ... de los inocentes ... y a resoplar otra vez bestia henchida en sangre ... ya vuelve a casa ya... sueños de nuez y terciopelo ...